Los vinos de Córcega son los únicos vinos insulares de Francia. En la isla se cultiva la viña desde la Antigüedad y en la actualidad es el primer producto agrícola. Encontramos viñedos de norte a sur de la isla. Esto es gracias a la diversidad de los suelos, la influencia marítima y el clima mediterráneo, con inviernos suaves, primaveras lluviosas y casi 3000 horas de sol durante el año.
Se cultivan sobre todo variedades autóctonas, de origen italiano y la mejor es seguramente la Sciaccarellu, la más antigua y la más conocida, que es una uva tinta que sólo se cultiva en el sur de la isla. Da lugar a vinos finos y especiados, a los mejores crus. También destaca la Nielluccio, que seguramente tenga el mismo origen que la Sangiovese italiana y ocupa en torno al 35% de los viñedos de la isla.
Otras variedades de uva
Tintos: junto al Nielluccio y al Sciacareello, están las siguientes: Aleatico, Garnacha, Cinsault, Carcajolo noir y Careñena (carignan).
Blancos: Cordiavarta, Barvarossa, Ugni blanc, Carcajolo blanco, Vermentino (vinos aromáticos) y Malvasía (malvoisie).
Existen otras variedades autóctonas, pero son minoritarias y no se incluyen en los vinos con denominación de origen. Y las variedades más internacionales, como la Merlot, Cabernet o Chardonnay existen, pero su presencia es testimonial.